CORAZÓN – Como vivir al máximo

En Lucas, vemos varias etapas del Hijo del Hombre; Vemos el nacimiento, le vemos buscando a un despertar en el corazón del hombre; y le vemos entregarse en sacrificio. Cuando miramos esto así, podemos entender todo el mensaje.

“Cuando era como la hora sexta, hubo tinieblas en toda la tierra hasta la hora novena. Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por la mitad”. Lucas 23:44-45

El templo se dividía en tres partes: Los Atrios, el Lugar Santo y el Lugar Santísimo. En el Lugar Santísimo estaba la misma presencia de Dios, y una cortina gigantesca cubría aquel lugar. Solo el Sumo Sacerdote, una vez al año, podía entrar allí. Cuando Cristo muere, el velo se rasga. Por primera vez, todos pueden ver el Lugar Santísimo, y ya la presencia de Dios no está allí. ¿Por qué esto es tan importante? Lucas 24, habla del camino a Emaús.

“Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio. Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista. Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?” Lucas 24:30-32

Él camina con unos discípulos que lo vieron morir; Resucita, camina y habla con ellos, no le reconocen; Se sientan a comer, cuando él parte el pan y lo bendice, ellos dicen: Este es Jesús; esto, porque sus corazones ardían. ¿Qué tiene que ver esto con que se rasgó el velo? Por primera vez, vemos cumplido el deseo de Dios: Que arda el corazón del hombre; Vemos las primeras personas que, por caminar con Jesús, su corazón ardía; ya la presencia de Dios no estaba en el templo, sino en el corazón de los que caminaban con él y amaban las Escrituras. Cuando vayas a la iglesia y se abran las Escrituras, tu corazón debe arder.

Si algo Dios quiere hacer en tu vida, es que tu corazón arda por su presencia. No es cuando estés en el espíritu allá en los cielos; Lo grande es cuando, en esta humanidad, tu corazón carga la presencia de Dios; Que puedas transmitir eso, con tus errores, cansancio, corajes y problemas; Mientras caminas junto a él y escuchas la Palabra, no entiendes todas las cosas, pero que tu corazón arda. No tienes que dejar de ser humano para que esto ocurra. Jesús demostró que se puede ser humano, llorar ante la muerte de tu amigo, y resucitarlo; Jesús durmió, le dio coraje; Le vemos en su humanidad. Lucas quería mostrarnos que nuestra humanidad, nuestro corazón, puede arder. Que tu corazón arda cada vez que oiga la Palabra; Que aún con tu dolor, tus dificultades, tu corazón arda; Que sepas que la presencia del Señor está dentro de ti, dondequiera que tú vayas, en el camino de tu vida, aunque no sepas todo lo que está pasando alrededor, el corazón arda por la palabra de Dios.

En Lucas, vemos el valor de la parte humana, nuestros sentimientos, nuestras emociones, el valor de lo que somos. Cuando un hombre tiene el valor de someter esas emociones al servicio de Dios, su corazón arde por la presencia de Dios; Es cuando realmente vive una vida plena. La eternidad del creyente no comienza cuando muere, sino el día en que cree. Ese día, su vida comienza a ser diferente, su perspectiva cambia, su vida, la manera de actuar; Comienza a ver lo valioso de las emociones, de quienes somos, de nuestro amor. Lo primero que nos muestra Lucas es que el ser humano vale por lo que es y por quien es.

Lo segundo que vemos en Lucas es que la salvación llegó a través de los judíos para extenderse al resto del mundo. Vemos a Jesús más involucrado en salvar a los samaritanos, publicanos, leprosos, a todos los marginados. Es Jesús diciendo: La salvación vino por ustedes, pero se va a extender a todas las naciones, aun a los marginados por la sociedad. Esto es algo que, como Iglesia, tenemos que entender. La salvación es Cristo, tenemos que recibirlo, aceptarlo, arreglar nuestra vida, tratar de vivir en la mayor perfección posible, imitarlo a él; Pero no somos juez de a quién Dios salva y a quién no. Lo grande de Dios es que Él escoge al marginado, al que nadie quiere; A ese, Él le ofrece misericordia. En Lucas, nunca se dice que un judío es salvo, pero siempre dice que los samaritanos sí. Le dice a la mujer samaritana: Tu fe te ha salvado; Lo mismo al leproso que regresó a agradecer por su sanidad. ¿Por qué regresó? Porque era samaritano, y él sabía que, por esto, el sacerdote nunca lo vería limpio. Así que, fue donde Aquel que le sanó; mientras él le viera limpio, no importaba cómo los demás le vieran. Lucas lo que nos dice es que la salvación viene a través de los judíos, pero se extiende a todo el mundo, especialmente a los marginados por la sociedad y la religión.

Tercero, Lucas enfatiza la oración, la alabanza y el Espíritu Santo. En Lucas, vemos varias oraciones; Es donde más canciones e himnos se mencionan. Vemos a Elizabeth y María cantar; Vemos más oraciones; Vemos el empoderamiento del Espíritu Santo desde el principio. El ángel le dice a María: “el Espíritu Santo vendrá sobre ti”. En otras palabras: María tú no puedes hacer esto, si el Espíritu Santo no está sobre tu vida. Vemos que una humanidad al máximo se encuentra en la conexión de tres cosas: La oración, la alabanza y el Espíritu Santo. Todo el que quiera vivir una humanidad al máximo y ver como Dios en su vida y en su humanidad hace algo grande, tiene que aprender a orar, saber adorar, alabar a Dios, y tiene que conocer el poder del Espíritu Santo. Al igual que en el libro de Hechos, en los primeros capítulos del libro de Lucas, lo que vemos es al Espíritu Santo. No puedes ver los Hechos de los apóstoles, si no ves que están hechos por el Espíritu. No puedes creer que Jesús nació de María, si no puedes concebir que nació por el Espíritu.

Para poder disfrutar de una humanidad en plenitud, es vital y necesario que tú entiendas el poder de la oración, el poder de la alabanza, y el poder del Espíritu Santo sobre tu vida. Cuando entiendas esto, podrás vivir al máximo tu humanidad, y tu corazón arderá por la presencia del Señor.
DIOS ES MI FORTALEZA!!

Autor: D.R.A.

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