¿Cómo tener éxito?

Admiramos las historias de éxito, pero la pregunta no es si las admiras, sino si eres capaz de hacer el mismo esfuerzo que han hecho esas personas para alcanzar ese éxito. Sabemos de personas que se pegan la lotería, por ejemplo, pero tienden a perder lo que ganaron, porque no hubo esfuerzo, por lo que luego no saben sostenerlo, y no constituye entonces verdadero éxito. Detrás del éxito, hay esfuerzo, hay algo que hacer. No puedes obtener grandes logros, sin pasar el esfuerzo para alcanzarlo. En la iglesia, vemos historias de éxito, y se nos olvida que para alcanzar resultados similares, no es tan solo pedir, sino que hay también un sacrificio, un esfuerzo por hacer.

Estamos hablando del principio de la preciosa semilla. Hay promesas que Dios nos ha dado a aquellos que aprendemos a sembrar la preciosa semilla.

“6 Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.” Salmos 126:6

Dios promete que regresarás con gozo; Promete, además, una solución divina para tu vida en medio de la crisis. Esto lo vimos en la historia de la viuda de Sarepta. La tercera promesa, es una bendición generacional. Tus próximas generaciones van a recibir bendición que se va a transferir hasta la cuarta generación. Dios así lo ha prometido y Él va a hacer algo grande en el nombre de Jesús.

Cuando hablamos de la preciosa semilla, en particular, hablamos de darle a Dios lo que es valioso; Y lo que es valioso para ti, no necesariamente lo es para otro. Una cosa es el costo, otra el precio, y otra el valor; Este último es subjetivo, emocional. Cuando tú le vas a dar a Dios, Él lo que mira es el valor que tú le das a aquello que le estás dando. Cuando tú eres capaz de darle a Dios lo valioso, lo mejor de ti, Él ha prometido muchas cosas.

“15 Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo, 16 y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; 17 de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. 18 En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.” Génesis 22:15-18

El ángel de Jehová declara estas bendiciones sobre Abraham y sus generaciones, y dice que no es meramente porque Abraham creyó, sino por cuanto hizo lo que se le pidió, por cuando obedeció a la voz del ángel de Jehová. Dios le dijo que bendeciría a sus hijos y los hijos de sus hijos, pero la clave se encuentra en hacer lo que Dios le pidió. Es curioso que el ángel le dijera: No me has rehusado tu hijo. En otras palabras, Abraham pudo haberse rehusado; Abraham pudo haber dado otra cosa que no fuera su hijo, pero no fue así; Abraham no se rehusó, no se negó a darle a Dios lo mejor.

Dios no te pide nada que Él no te haya dado primero; Y tú pudieras asumir la actitud de rehusarte a entregarle algo a Aquel que ya te dio aquello mismo que te está pidiendo. Si tú realizaras que quien te lo pide es Aquel que te lo dio, y entendieras que Él tiene la capacidad de devolvértelo, de darte más, actuarías totalmente diferente. Cuando te rehúsas a entregarle a Dios lo que Él te pide, cuando desobedeces, muestras actitud de niño inmaduro, muestras que no conoces el Dios al que tú le sirves, que es quien te ha entregado todas las cosas.

Abraham no tomó esa actitud; Cuando Dios le pidió a su hijo, Abraham estuvo dispuesto, le dio a Dios lo mejor que él tenía, no se lo rehusó. Esto fue después de muchos años de relación; Dios no le pide algo así cualquiera. Cuando Dios te pide lo preciado, es porque tiene una relación contigo, así que tú debes sentirte privilegiado. Tú mismo no le pides a cualquiera cualquier cosa, sino a aquellos a los que les tienes confianza, porque sabes que no te lo van a rehusar.

Más allá, cuando Dios te pide lo que no le pide a otro, es porque Él quiere hacer contigo lo que no va a hacer con otro; Él quiere llevarte a un nivel a donde no lleva a cualquiera, al nivel de la bendición generacional. Cuando tú aprendes a sembrar la preciosa semilla, cuando le das a Dios con sacrificio, cuando le crees a Dios por ese milagro sobrenatural en tu vida, estás asegurando la victoria a tus hijos y a los hijos de tus hijos. Abraham recibió bendición para él, para sus hijos, para sus nietos; Por eso es que Dios se conoce como el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob; Él es el Dios de generación tras generación. A aquellos que no le rehusamos a Dios lo preciado, Él nos ha prometido a nosotros y a nuestras generaciones, bendición. ¿Quieres asegurarles a tus hijos y nietos su futuro? Atrévete hoy a sembrar tu preciosa semilla. Oprime aquí y siembra ahora tu preciosa semilla. Oramos y creemos contigo que un nuevo tiempo es marcado por esta semilla en tu vida y la de los tuyos por generaciones.
DIOS ES BUENO

Autor: D.R.A.

4 comments to “¿Cómo tener éxito?”

You can leave a reply or Trackback this post.

  1. Marcela Matos - 16/04/2019 at 5:30 pm Reply

    Lalito me llena de alegría saber que no solo has encontrado tu vocación sino que la compartes de manera tan vehemente ,tanta calidez en tus palabras .
    Soy una amiga y admiradora de ambos y quiero ver todo lo que escribes .
    Marcela Matos Vizcaíno

  2. Luis Francisco - 18/04/2019 at 2:01 pm Reply

    Poderoso mensaje, gracias me ayuda a aumentar mi fe en DIOS

  3. Miriam Garcia - 18/04/2019 at 7:12 pm Reply

    Cada vez qué nos comparte estos bellos mensajes
    Pastor Abelardo. Hace que mi ser se sienta bendecido.
    Dios actua de diferentes maneras y no hay que sembrar bellas semillas para nuestras generaciones venideras 💕💕💕💕💕

  4. Idalia - 20/04/2019 at 7:26 pm Reply

    Gracias Pastor muy motivador

Déjanos tu comentario

Tu dirección de mail no será publicada.