Dios te habla

“8 Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba.” Hebreos 11:8

Este verso nos dice que Dios le habló a Abraham, y hoy lo conocemos como el padre de la fe, pero Abraham era un idólatra, ateo. Uno de los retos más grandes hoy es hacerles entender a los cristianos que Dios no habla solo a cristianos. Hay incluso quienes hacen más cosas por fe que los creyentes, porque los creyentes están esperando que Dios les hable de forma sensacional para ellos actuar, mientras que el impío, muchas veces, actúa porque Dios le dice que haga algo, y simplemente lo hace. Al cristiano hay que empujarlo para que arranque; Pero tú tienes que atreverte a empezar algo. Llevas planificando toda tu vida, pero no has hecho nada, y mientras tú sigues planificando, otros salen. Abraham cometió un montón de errores, pero Dios no se los tomó en cuenta porque cuando Él le dijo que se fuera, Abraham dio el primer paso. Después de ahí, cometes los errores que sea, pero un día tú tienes que oír la voz de Dios y entender lo que Abraham entendió.

Abraham tallaba ídolos y los vendía, y lo que Dios le dijo, en otras palabras, fue: O tú sigues construyendo dioses, o dejas que el verdadero Dios te construya a ti. Pero para eso, Abraham tenía que salir. Y Abraham salió. El día que Dios le pidió a Abraham que entregara a su hijo, dice la Biblia que se levantó de mañana; Si lo pensaba demasiado, no lo hacía. Vete y hazlo inmediatamente. Pero hay quienes están esperando un empujón, y se molestan con aquellos que se atreven a hacer cosas y a dejar que sea Dios quien los vaya llevando poco a poco en el camino.

Atrévete a salir, a dar el primer paso para una empresa, para una nueva vida; Arriesga. Y si fracasas, vuelves a empezar; Pero hay que empezar por algo.

En la vida hay altas y bajas, pero tú arreglas por fe el viaje que un día empezaste por fe. Eso fue lo que pasó con Abraham; Se atrevió a salir por fe, y cometió un montón de errores; Tuvo un hijo de otra mujer, por ejemplo; Pero todo lo fue arreglando en el camino, y la fe que Dios le contó fue la fe de atreverse a hacer algo. El problema de la iglesia es que está esperando que Dios le hable, que le confirme, que le llegue tal cosa. Pero tú, acaba y sal. Deja las excusas; Que si no eres tan espiritual. Dios le habló a un ateo. Tú piensas que tú necesitas un montón de cualificaciones, mientras que un impío puede oír la voz de Dios – igual que tú – como lo hizo Abraham, y la diferencia es que el impío se atreve, sale, da el primer paso y lo arregla en el camino. Pero la iglesia no lo ve así porque queremos experiencias sensacionales con Dios. La religión nos ha dicho que tenemos que ser tan perfectos, que terminamos menospreciando la voz de Dios, y los impulsos de Dios, y cambiamos la voz de Dios por el sensacionalismo.

La función de un proyector es transmitir la señal que se le envía desde el aparato al que se conecte. Si no te gusta la imagen, tú no botas el proyector, porque nunca ha habido problema con el proyector. De la misma manera, nunca ha habido problema contigo. Tú no eres el problema, tú nunca has sido el problema. El problema es que la iglesia quiere arreglar el proyector, sin darse cuenta que Dios nunca ha querido arreglar el proyector. A Dios lo único que le ha interesado es conectar el proyector a un nuevo aparato.

Los religiosos te hacen creer que el problema eres tú. Entonces, pasas la vida tratando de ser un proyector que no eres, y crees que nunca serás nada en la vida porque no puedes cambiar tu proyector. Pero el proyector nunca ha sido el problema. Tú nunca has sido el problema. El problema ha sido que has estado conectado con la gente incorrecta, que la fuente de donde sale la imagen que estás proyectando en tu vida, ha sido la gente incorrecta. Y ahí es donde entonces llegan las complicaciones.

Si Abraham era el proyector, según la religión, ese proyector había que cambiarlo para que Dios le hablara. Pero Dios no cambió el proyector. Dios le habló a un idólatra, ateo, hacedor de ídolos, y le dijo: Hoy tú vas a decidir.

La gente y la atmósfera que te ha rodeado toda tu vida, es donde tú has estado conectado, y la proyección que tú has estado viendo, no es que haya un problema contigo, sino que simplemente hay una conexión incorrecta. Y cuando tú te conectas con la gente incorrecta, tu vida se convierte en una película de horror. Todo lo que ves en tu futuro son problemas, dificultades, situaciones difíciles. Ves tu película, tu mente, y piensas que eso es lo que vas a vivir el resto de tus días. Pero lo que pasa es que un día, por la gracia de Dios –no por la iglesia – a Dios le place desconectarte el cable y mostrarte lo que pudiera ser tu vida, mostrarte que no tiene que ser una vida de horror.

Dios te habla, dándote una nueva imagen de tu futuro. El problema es que lo vemos y pensamos que no es posible, y nos desconectamos de Dios y nos volvemos a conectar, quedándonos en el mismo círculo, y vuelve la misma película de horror.

¿Qué pasó con Abraham? Él estaba rodeado de la vieja vida, del ayer, y lo que veía era problemas, ídolos, dificultades, situaciones, horror; Pero de repente, Dios le cambió el cable y le dijo: Tengo para ti algo nuevo; Vete. Y lo primero que hizo Abraham fue salir. El problema es que tú nunca te has atrevido a salir.

Cuando has estado esclavizado, no es tan fácil salir. Si se te hace fácil salir, una de dos: No pasaste por problemas, o el problema fuiste tú. No es que sea fácil; Es difícil. Pero con Dios, se puede. Tú tienes que dar el primer paso.
DIOS ES BUENO !!

Autor: D.R.A.

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