La creencia al paso de los años

El problema de muchos es que, sin darse cuenta, en su relación con Dios, en vez de crecer, por sus altas y bajas, se sienten cada vez más alejados de Dios.

“Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto.” Génesis 17:1

Abraham comenzó su relación con Dios cuando tenía setenta y cinco años. Veinticinco años después, Dios le dice: Camina delante de mí. Es como si tu cónyuge te dijera eso después de veinticinco años de casados. Pensarías: ¿Y qué hemos hecho todos estos años? Es como que Dios se te apareciera ahora, y tú llevaras décadas en el Señor, y Él te dijera: Camina delante de mí y sé perfecto. Esa palabra perfecto, en el original, es la palabra wholehearted o con todo tu corazón. En >otras palabras, Dios le está diciendo a Abraham: Llevas veinticinco donde he estado compartiendo tu corazón con alguien más, con otras cosas. Abraham estaba frustrado, quejándose de que no tenía un hijo, sin darse cuenta que el problema no era Dios, sino que llevaba veinticinco años caminando con Dios, pero no de todo corazón. Y Dios le dice: Si tú quieres que esta relación continúe, a tus noventa y nueve años de edad, tienes que decidir caminar conmigo de todo corazón. ¿Cuál sería tu reacción? ¿Te molestarías? ¿O aceptarías que estás mal? Abraham podía reclamar y decirle: ¿Cómo dices que no te he servido de todo corazón?; Me dijiste hace veinticinco años atrás que dejara la casa de mi padre y mi parentela, y lo dejé todo, he caminado por este desierto y todavía no sé a dónde me llevas, pero sigo aquí. ¿Sería esa tu actitud?

¿Cuál es tu actitud cuando te acercas al Señor? ¿Le recuerdas los años que le has servido? ¿O estarías tú dispuesto a escuchar que Dios te diga: Llevas veinticinco años conmigo, pero todavía tu corazón no es todo mío? ¿Todavía tienes resentimiento por lo que Dios no ha hecho? ¿Tienes coraje por lo que no ha pasado? ¿Todavía estás buscando opciones? Esto ocurrió trece años después de que Abraham tuviera a Ismael, así que, el día que él se acostó con la sirvienta, Dios le dejó de hablar por trece años. Hay gente que va a la iglesia por trece años y Dios no les habla. Y la pregunta es: ¿Realmente Dios tiene todo tu corazón? ¿Lo demuestran tus acciones?

Las relaciones son frágiles, y nuestra fe, en ocasiones, también. Vienen problemas, dificultades, y se rompen nuestras relaciones. Los que nos acercamos y nos amamos, tratamos de arreglarla, enmendarla, pero menospreciamos la relación como una cuerda rota, porque un nudo hace que no se vea perfecta. Vemos lo imperfecto. Pero quisiéremos ver una línea recta, perfecta. Empezamos con Dios, y queremos que toda nuestra vida con Él sea perfecta; Y, a veces, cuando no es así, le echamos la culpa a Dios, porque “Dios no hizo”, “Dios no me sacó”, “Dios no evitó la muerte de papi”, “Dios no evitó el divorcio”. Pasa el problema y te vuelves a unir en relación con Dios, pero entonces, la relación ideal que tú querías era la que no tiene un nudo o imperfección. Pero una cuerda rota y enmendada, con un nudo, queda más corta, por lo que es mejor porque los dos extremos están ahora más cerca que lo que jamás habían estado. Cuando te acercas a Dios, no estás tan cerca como cuando le has perseguido. Dios le estaba diciendo a Abraham: Tienes a un Ismael, pero estás más cerca; Tienes un nudo, pero estás más cerca.

El que persigue a Dios, no tiene una vida perfecta, no tiene una línea recta; Hay altas y hay bajas. Y, mientras más nudos haya en tu vida, más cercana es tu relación con Dios. El matrimonio no te debe separar; Quisieras que el matrimonio no tuviera nudos, pero el matrimonio no es así. El problema de muchos es que, cuando en el matrimonio le cortaron, dejaron de perseguir, de buscar el unirse otra vez. El perseguir a Dios es en medio de tus dificultades y problemas; Ahí es cuando más le debes buscar, cuando más le vas a servir, cuando más vas a orar. Al fin y al cabo, eso es lo que Él hace contigo: Mientras peor te portas, más te busca, más te persigue. ¿Acaso no fue lo que hizo con Jacob? En el momento que engañó a su padre, se encuentra con él. Otro lo abandonaría, lo dejaría. Jacob va huyendo de casa de su padre, y Dios le sale al encuentro y le dice: Quiero que sepas que no te voy a dejar, hasta que yo haga lo que voy a hacer contigo. Le dijo: Esto no se trata de si tú me quieres y me buscas, sino de que yo le prometí a tu papá que yo iba a hacer algo contigo, y hagas lo que hagas, yo te voy a perseguir.

Cuando tú no entiendes lo que Dios está haciendo, sigue buscándole –no acercándote, sino buscándole. Sigue yendo a la iglesia, sigue orando, sigue leyendo la Biblia, sigue siendo devoto a Dios. Tu relación no va a ser perfecta. En toda relación con Dios, va a haber nudos, pero sigue siempre buscando. Quizás no se vea tan bonito, pero después del tiempo, no te vas a sentir más lejos de Dios, sino más cerca. No temas que la gente vea los nudos de tu relación con Dios. En ocasiones, cuestionarás a Dios, pero vuelve y persíguele, vuelve y créele, vuelve y búscale, vuelve y sírvele de todo corazón.

Lo más triste en una relación es cuando se deja de perseguir. Pero Dios nunca te ha dejado de perseguir. Nunca. Puedes sentirte culpable, puedes hasta haberle negado, y Dios vuelve una y otra vez y te persigue. Y la misma pregunta que Dios hace en Génesis es la que todavía baja del cielo y vuelve a preguntar: Adán, ¿dónde estás tú?
DIOS ES BUENO !!
Eternamente siempre es bueno!

Autor: D.R.A.

Déjanos tu comentario

Tu dirección de mail no será publicada.