Conocimiento=intimidad con Dios

Moisés removió la carpa y se separó con Dios, alejándose del pueblo que había encontrado adorando al becerro de oro. Dios le habla, le dice todo lo que va a hacer; y la segunda petición de Moisés fue: Quiero conocimiento, quiero conocer. Uno de los errores más grandes que a veces comete la iglesia, es hacer pensar a la gente que conocimiento no es igual a presencia, que conocimiento no es igual que intimidad. Luego de mover tu carpa y separarte a lo lejos, lo segundo que tú tienes que procurar es tener conocimiento.

Moisés le dijo a Dios: Yo quiero conocer el camino, quiero entender esto. Cada vez que tú te separas con Dios, cada vez que estudias la Palabra, lees la Biblia, buscas conocimiento, tienes más intimidad con Dios. El conocimiento te hace tener más intimidad con Dios. cuando tú conoces a una persona, cuando conoces lo que le gusta y lo que no, comienzas a tener un grado diferente de relación con esa persona. Intimidad con Dios no es meramente que se te paren los pelos, caerte, hablar lenguas; Pablo decía: Este es nuestro culto racional. Tienes que salir con entendimiento, conocimiento. En el Nuevo Testamento, Dios dice que el que se vaya a alabar, se alabe en conocerle y entender que Él es Jehová. Dios dice: Conóceme, conoce mi camino. Esa fue la diferencia de Moisés.

Moisés conoció el camino. El pueblo veía las obras. La gente ve las obras de Dios, pero los que conocen el camino, saben cómo llegar al lugar que Dios les ha prometido. Aquel que está buscando obras, experiencias, cuando no las encuentra, se le pierde el camino. Pero a aquel que tiene conocimiento, nunca se le va a perder el camino para llegar al lugar que Dios quiere que llegue en su vida. La petición de Moisés fue: Quiero conocimiento.

Dios le está hablando cara a cara, pero Moisés dice: Yo quiero conocer. Y luego fue más allá: Yo quiero ver tu gloria. Moisés fue poco a poco negociando. Él quería más; ya conocería el camino, ahora quería conocerle a Él, quería una experiencia con Él. Y Dios le dijo que no podía darle aquella experiencia en aquel momento. Moisés estaba pidiendo que se removiera la separación entre el Dios inmortal y el hombre limitado. Moisés estaba pidiendo entrar en una dimensión para la cual no estaba listo porque todavía el camino completo no se había abierto; eso solo sucedería a través de la muerte de nuestro Señor Jesucristo. Tú puedes hoy encontrarte con Dios cara a cara porque cuando Él te ve, no te ve a ti, sino a Cristo en ti. La única razón por la que tú puedes subir confiadamente al trono de la gracia y acercarte a Dios y verle cara a cara, la razón por la que se unió lo mortal con lo inmortal, es porque hace dos mil años atrás el velo se rasgó, la presencia de Dios se fue de aquel lugar, Jesús fue ante el Padre por nuestros pecados, nos abrió el camino, el huerto del Edén. Las primeras en ver a Cristo fueron unas mujeres, que lo vieron precisamente como jardinero y no como carpintero. El carpintero terminó en la cruz, el jardinero comenzó aquí en la tierra después que resucitó; aquel era el último Adán, levantado para recuperar aquella intimidad. Moisés quería tener algo que estaba reservado para ti: Ver a Dios cara a cara. Hoy tú sí puedes entrar a esa dimensión, tienes libre acceso. Moisés no lo tenía. El problema es que el tiempo en que vivimos la gente lo que busca es la experiencia o el conocimiento y no el nivel de presencia porque ese requiere otro grado de responsabilidad que no todos están dispuestos a tener.

Pero no hay presencia sin conocimiento. No se puede, no funciona. Como Moisés no podía llegar, Dios le dice: Esa línea no la puedes cruzar; te voy a mostrar mi bien, mi nombre irá delante de ti, seré clemente o tendré gracia con quien tendré gracia, y tendré misericordia con quien tendré misericordia. Todavía Dios no daría acceso; eso vendría después, con Jesús. Eso es lo que tú hoy puedes experimentar cuando lo conoces a Él; que la gracia y la misericordia se extienden a todo el que entrega su vida al Señor.

Fíjate el grado de búsqueda que tenía Moisés. Para tú llegar a tener ese conocimiento que quería Moisés, tú no puedes quedarte meramente en una sola dimensión, tú tienes que estar constantemente buscando más. Y, si no estás listo para lo que pides, no hay problema; acepta lo que Dios te ofrece. Pero esa búsqueda es necesaria para tú poder tener intimidad con Dios.

Tú no buscas a Dios por los beneficios, sino por la relación con Él; pero dice Hebreos 11 que Él es galardonador de los que le buscan. Buscar a Dios, caminar con Él, trae beneficios a tu vida. Entre estos, Dios te dirige a toda verdad, y te muestra lo que ha de venir.

“13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.” Juan 16:13

Cuando tú buscas a Dios sinceramente, de corazón, no hay nada oculto para ti. La Biblia dice: Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Dios te muestra lo que ha de venir; no que vayas a ser profeta, pero cuando tú buscas a Dios de corazón, en tu interior va a haber impresiones, marcas; Dios va a comenzar a mostrarte lo que va a suceder. Si hay algo poderoso que puede cambiar tu vida personal, financiera, familiar, con tus hijos, es anticiparte. Dios comienza a revelarte lo que ha de venir para que comiences a hacer los perparativos correctos.

Dice la palabra que, además, cosas se añaden a tu vida, cuando tú buscas el reino de Dios y su justicia. Las cosas que otros buscan, te van a buscar a ti, mientras tú busques a Dios.

Para tener intimidad con Dios, ora, pasa tiempo con Él; lee su palabra; separa un tiempo que sea tu tiempo de adoración con Dios; y escribe, toma nota. La Palabra que hoy estudiamos fue porque hombres y mujeres se sentaron a escribir de su experiencia con Dios. Ten un diario, documenta. Es tu forma de plasmar las ideas divinas, lo que Dios te hablado, lo que te ha dicho.
DIOS ES BUENO!!

Autor: D.R.A.

Déjanos tu comentario

Tu dirección de mail no será publicada.