Entrega lo más preciado que tengas

Hay promesas para tu vida, cuando tú das a Dios tu preciosa semilla. Dios te promete que regresarás con gozo, trae a tu vida soluciones divinas, y declara sobre tu vida bendiciones generacionales.

“11 Entonces Israel su padre les respondió: Pues que así es, hacedlo; tomad de lo mejor de la tierra en vuestros sacos, y llevad a aquel varón un presente, un poco de bálsamo, un poco de miel, aromas y mirra, nueces y almendras. 12 Y tomad en vuestras manos doble cantidad de dinero, y llevad en vuestra mano el dinero vuelto en las bocas de vuestros costales; quizá fue equivocación. 13 Tomad también a vuestro hermano, y levantaos, y volved a aquel varón. 14 Y el Dios Omnipotente os dé misericordia delante de aquel varón, y os suelte al otro vuestro hermano, y a este Benjamín. Y si he de ser privado de mis hijos, séalo.” Génesis 43:11-14

Otra bendición que Dios ha prometido para aquellos que entregamos lo preciado es libertad económica. Cuando Jacob hace este acto, la Biblia dice que José, su hijo, que está en Egipto, manda carros llenos de riquezas, oro, plata; Manda todo lo que necesitaba esta gente, para que su situación económica cambiara en ese momento; Todo porque Jacob estuvo dispuesto a entregar lo mejor de él.

Jacob y todos sus hijos se encontraban en un momento muy difícil; Había hambre en la tierra, problemas económicos. Dios había posicionado a José como el segundo en mando en Egipto. Diez de sus hermanos van a buscar solución en Egipto, y José los reconoce, pero ellos no le reconocen a él. Y José les dice: Tráiganme al menor. Ellos le dicen: No; es el más pequeño, nuestro padre va a morir. Ahí es que José descubre que su padre, Jacob, sigue vivo. Pero él dijo: Si no lo traen, no hay nada.

Y lo que vemos en los versos arriba es el momento difícil de Jacob enviar a su hijo, Benjamín, el más pequeño, hermano directo de José. Dice la Biblia que a Jacob se le compungió el corazón, sintió verdaderamente cuando tuvo que enviar a Benjamín. Es interesante porque Jacob había enviado diez hijos; Regresan nueve, o sea, menos de lo que envió, y regresan con dificultades; Pero, cuando envía a Benjamín, es que entonces, desde lejos, él comienza a ver los carros que llegan con oro, con riquezas, con bendición. Cuando envía lo más preciado, al que él más amaba, todo cambió. En esta porción bíblica se nos dice que envió doble dinero; Puso en los costados alimento; Envió todo, y envió a Benjamín. ¿Necesitaba José el dinero que llevaban? No; José estaba esperando ver si eran capaces de traer lo más valioso. Cuando Jacob lleva a Benjamín, cuando lo envía, sin saber lo que iba a pasar, llega la libertad económica que tanto había esperando.

No es hasta que tú liberas lo mejor de ti, con sacrificio, que entonces todo cambia. Lo que es valioso para ti hoy, quizás el próximo año ya no lo sea, porque no se trata de la cantidad, sino del contexto en el que te encuentres económicamente en este momento preciso. Pudieras hacer otra ofrenda, sembrar otra cantidad, pero si no entregas lo que Dios te pidió, no estarás entregando lo más preciado. Dios te pide que envíes lo que amas, y Él te va a demostrar lo que va a hacer contigo. Ese es el poder de darle a Dios lo más valioso para ti. Cuando tú te presentas ante Él y le entregas lo preciado, Él promete libertad económica.

No es hasta que Jacob se desprende del hijo a quien él ama, que entonces todo cambia. No es que no amara a sus demás hijos; Jacob estaba preocupado por su otro hijo; Él dice: Ojalá regreses con buenas noticias, te devuelvan a Benjamín y a su hermano. Él oró por bendición, amaba a sus hijos; Pero Benjamín era especial, porque era de la mujer que él había amado por tanto tiempo, por la que había trabajado tanto tiempo; Era el hermano de José, era aquel jovencito que nació en medio de dolor; Al nacer, su mamá murió. Para Jacob, aquel hijo era algo demasiado especial; Enviarlo a Egipto era, en su mente, un enorme peligro; Era algo que él no podía concebir. Pero tenía dos opciones: Se quedaba allí y morían de hambre él y su familia, o se arriesgaba a dar a Benjamín. Y él se arriesgó a darlo. En Génesis 44 y 45, la Biblia nos dice que llegaron con carros llenos de riquezas, de abundancia. Esta es la cuarta promesa; Si Dios lo hizo por ellos, lo puede hacer por ti hoy.

Cuando tú entregas a Dios lo preciado, puedes creerle por gozo, por soluciones divinas en tiempos de crisis, por bendiciones generacionales, y por provisión sobreabundante, por libertad económica. Oprime aquí y siembra ahora tu preciosa semilla; Creemos a Dios contigo, con la firme convicción de que Él es fiel a su palabra, y tú has de ver la mano de Dios obrar a favor tuyo.
DIOS ES BUENO!!

Autor: D.R.A.

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