¿Sabiduría es un simple don o un estilo de vida?

En los institutos y libros de teología, se dividen los nueve dones en tres categorías: Los dones de revelación, los dones de poder y los dones de expresión o inspiración. En la Biblia, los números tienen una importancia; El número 3, representa –entre otras cosas – la profundidad del espíritu. El santuario se divide en 3: Los atrios, el lugar santo y el lugar santísimo. El número 3 representa la profundidad que debemos alcanzar en ciertas áreas en nuestra vida.

En los dones de revelación, están: La palabra de sabiduría, la palabra de conocimiento, y el discernimiento de espíritu. Los dones de poder son: El don de fe, el don de milagros y el don de sanidades. Los dones de expresión o inspiración son: El don de profecía, géneros de lenguas, e interpretación de lenguas.

El don de sabiduría no es alguien que es muy sabio; Es un regalo que Dios te da de palabra de sabiduría en un momento específico para algo en particular. Si pensamos que hay quienes tienen el don de sabiduría, les haríamos los sabios de la iglesia, e iríamos donde ellos a buscar palabra porque tienen ese ministerio; Por eso hablamos del don de palabra de sabiduría, y no del don de sabiduría.

Pablo dice que él no quiere que ignoremos acerca de los dones. Él destaca la importancia de que la iglesia reciba conocimiento, revelación, entendimiento, y que no seamos ignorantes. Y lo primero que enlista es el don de sabiduría. Si tenemos acceso a la sabiduría, todos los dones caen en su lugar.

“15 porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. 16 Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. 17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.” Santiago 3:15-17

Según esta escritura, hay tres tipos de sabiduría: La divina, la humana y la diabólica. En Génesis, la serpiente usa la astucia, la sabiduría diabólica, para poner confusión, para enredar a Eva, para poder una semilla:

“Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” Génesis 3:1

La idea era separar a Eva de Adán, y a Adán de Dios. A través de los tiempos, ha habido gente que ha operado en esta sabiduría diabólica. Nadie puede decir que Hitler no era astuto; Pero su astucia, su sabiduría, lo que acarreó fueron malas consecuencias, especialmente contra el pueblo de Israel.

La segunda sabiduría es la humana; Esta se puede obtener a través del estudio, la experiencia, el esfuerzo, y nos ayuda a tomar decisiones diarias, humanas.

“28 Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? 29 No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, 30 diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar.” Lucas 14:28-30

El Señor está diciendo que el hombre sabio se sienta y saca cálculo, aplica la sabiduría antes de emprender un proyecto. Como este, hay muchos ejemplos en la Biblia que nos invitan a que seamos sagaces. El libro de Proverbios, todo lo que habla es sabiduría, aplicada a cada área de la vida. Es sabiduría humana para la toma de decisiones. Y todos debemos crecer en esa sabiduría.

“7 Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; Y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia.” Proverbios 4:7

Esta sabiduría tiene un precio; Hay que comprar un libro, estudiarlo, leerlo. Tú sabes cuán lejos vas a llegar, de acuerdo a los libros que tú estás leyendo; El problema es que la gente no quiere leer, no quiere invertir. El problema de esta sabiduría, fue el que se encontró Salomón.

“16 Hablé yo en mi corazón, diciendo: He aquí yo me he engrandecido, y he crecido en sabiduría sobre todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; y mi corazón ha percibido mucha sabiduría y ciencia. 17 Y dediqué mi corazón a conocer la sabiduría, y también a entender las locuras y los desvaríos; conocí que aun esto era aflicción de espíritu. 18 Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia; y quien añade ciencia, añade dolor.” Eclesiastés 1:16-18

Cuando tú tienes claro cómo deben ser las cosas, pero el resto del mundo no lo entiende, te dan ganas de aislarte, no encuentras cómo explicarles a los demás. Llega un punto que sigues estudiando tanto, que sabes todo lo que te falta y te frustras con la gente, con lo que no tienes, porque sabes que pudieras hacer más pero no lo haces, porque quisieras que otros entendieran. Así que, la mucha sabiduría la mucha ciencia, trae consigo dolor. Muchas veces, la gente más sabía no tiene buenas relaciones personales. Porque es difícil trabajar con gente que no entiende, hay que tratar de maduro a niño, hablarles a su nivel.
DIOS ES NUESTRA FORTALEZA!!

Autor: D.R.A.

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